Este libro es más que una recopilación de hechos y cifras; es un testimonio de la historia viva que hemos construido juntos.
Desde nuestros inicios, nos hemos comprometido con el desarrollo social y económico de nuestros socios, y hemos trabajado incansablemente para ser un faro de esperanza y apoyo en tiempos de necesidad. A través de sus páginas, encontrarán relatos y memorias de aquellos que han sido parte de este viaje, así como una reflexión sobre cómo hemos logrado preservar nuestra esencia en un mundo en constante cambio. Nuestra historia está entrelazada con la de cada uno de ustedes, y es gracias a su apoyo que hemos podido mantener vivas nuestras raíces.
Este libro también es una reafirmación de nuestro compromiso hacia el futuro. Queremos seguir siendo fieles a los principios que nos dieron origen: la solida–ridad, la responsabilidad, y la cooperación. En un entorno donde las cooperativas son más relevantes que nunca, nuestra misión es seguir siendo un ejemplo de cómo el trabajo en equipo y los valores compartidos pueden transformar vidas.
Agradecemos profundamente a todos los que han hecho posible este recorrido y los invitamos a seguir siendo parte de esta gran familia cooperativa. Que este libro sea una fuente de inspiración y un recordatorio de la importancia de no olvidar de dónde venimos, para así, seguir construyendo un futuro lleno de esperanza y prosperidad para todos.
Máquina de Escribir de la Cooperativa Durante más de 35 años, una máquina de escribir ha sido utilizada en La Cooperativa para llenar documentos y tarjetas de ingreso, hasta su último uso en 2020. En 2003, se le asignó un número de activo, demostrando el cuidado que siempre se ha tenido por los bienes de la institución. Bajo la custodia de Don Gilito, quien la mantuvo en excelente estado, esta máquina se ha convertido en un activo histórico de La Cooperativa. A pesar de que actualmente solo requiere una nueva cinta para volver a funcionar, su conservación es un símbolo del respeto por el legado de la organización.
La Tarjeta de Depósitos fue un instrumento fundamental para llevar el control de los movimientos financieros de los asociados, registrando tanto depósitos como retiros. Estos datos se calculaban manualmente con una sumadora, que permitía obtener los intereses exactos, los cuales se anotaban en la misma tarjeta. Además, en ella se registraban los comprobantes y los datos del asociado. Su uso se mantuvo hasta hace aproximadamente 30 años, cuando La Cooperativa adoptó tecnologías más avanzadas. Revisar el estado de los asociados, implicaba un trabajo minucioso y extenso, ya que se revisaban una por una. Sin embargo, el esfuerzo siempre aseguraba un control preciso. Antes de recibir la tarjeta de asociado, las personas debían asistir a una charla sobre cooperativismo impartida por el Comité de Educación. Al finalizar, se les otorgaba un certificado que les permitía asociarse formalmente a la Cooperativa Salcajá y recibir su tarjeta de depósitos.
La sumadora marca Casio fue una herramienta esencial en el área de Receptoría, donde se utilizaba para calcular porcentajes y cantidades con precisión. Posteriormente, fue trasladada al área de Contabilidad, desempeñando la misma función. Con aproximadamente 35 años de uso, esta sumadora fue utilizada por unas 50 personas antes de quedar obsoleta, hace 20 años, con la llegada de equipos de cómputo modernos. El departamento de Contabilidad fue el último en emplearla, aunque también se utilizó en sesiones del Consejo de Administración para realizar cálculos específicos. A pesar de su antigüedad, la sumadora se encuentra en buen estado y solo necesita papel térmicopara volver a operar. Además de sus funciones básicas de cálculo, tenía la capacidad de imprimir números legibles mediante calor, lo que garantizaba un funcionamiento eficiente y preciso.
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